domingo, 21 de enero de 2018

Cenizas a las Cenizas, San Miguel de los Reyes










Mientras esperaba a un amigo que tenia que venir  a recogerme desde Castellón para visitar el monasterio de San Miguel de los Reyes, trataba de pensar en lo que escribiría de un lugar tan familiar- !tan cerca de mi casa paterna!- junto al barrio donde pasé mi adolescencia. Cerca de Torrefiel. Y a la vez, un sitio: !tan desconocido!, pese haber pasado por su puerta muchas veces. Nada nos contaron en el colegio del fascismo los profesores en los años 80. En casa, tampoco se hacia memoria de este tema. Mi amigo, el que tenia que venir a recogerme. J.M.  como miembro de la memoria histórica, le interesaba la etapa donde fue prisión franquista el monasterio de San Miguel de los Reyes. El delito causante de la condena, era tan grave como haber perdido la guerra. Apenas se mencionó en nuestra visita , el hecho de que no solo fue prisión franquista, sino verdadero corredor de la muerte. Si ordenamos la visita, casi todo el tiempo de la misma, lo abarcaron las muestras de sus diferentes ordenes arquitectónicos , sobre todo  la importancia renacentista. Luego la barroca en San Miguel de los Reyes. Patios, capiteles, escaleras, torres... eran mostrados como se hace en un museo,  para que nos asombráramos de lo que es capaz de hacer la clase trabajadora. Así como sus bellas cúpulas, como la de los ángeles cantores, siendo la primera pintura renacentista en el país. La guía, que amablemente nos mostraba la cúpula de los ángeles cantores, y la exposición de instrumentos musicales basados en esas pinturas, habiéndolos fabricado ex profeso unos lutier. Cada instrumento representado en las pinturas, tenía su plasmación real siendo tocados en ocasiones especiales, como misas solemnes, o la visita del Papa. La que causó un quebranto a las arcas publicas, y fue tan desgraciada que murieron muchas personas en el accidente de metro más grave de Europa- seguramente la guía, no asociaba los dibujos de la cúpula, con los de una fotografía que había visto yo en el patio, en uno de los pocos paneles informativos que hablaba de San Miguel de los Reyes en su función como prisión. Allí, habían bajado a la tierra verdaderamente los ángeles cantores cinco siglos después que los de la cúpula. En una época futurista- comparada con el siglo XV-  mucho más autoritaria,  con más pobres, más encarcelados,  y más complejos corporales. Así había adelantado los tiempos en España, en esa época que los historiadores han llamado época fascista. Y estos ángeles nuevos,  lejos de los ricos ropajes, iban vestidos en San Miguel de los Reyes con harapos sucios, estando todos ellos apiñados, mientras una banda desfilaba por el patio del penal, donde algunos,  ya no saldrían más en ninguna fotografía, porque se los llevarían de allí a fusilar. Y la imagen, obraba por sí el milagro como la de la cúpula.  Yo escuchaba el eco de sus cánticos  sintiendo la verdadera compasión. Mucho más que por las capillas misteriosas  como la de los "resucitados", donde la ciencia ficción engrandecía a la leyenda de los virreyes de Valencia. Frente aquellos que eran echados en fosas comunes en cunetas, a metros de sus casas, sin que su familia jamás supiera de los restos sus seres queridos. Los científicos, por el monasterio, con maquinas skaner que detectan cadáveres, encontraron en una rica capilla las criptas vacías sin abrirlas, donde debían estar los cuerpos de Fernando de Aragón y sus hermanas, " los resucitados" que alguien saco y dejo con cuidado a unos a pocos metros de sus  nichos, en un lugar donde entra un rayo de luz cinco minutos, una sola vez al año. EL día de San Miguel.
En esta salida de mi encierro en Vall d´ Uixó, a mi tierra. Volver a ver  las huertas de Valencia, herido por ausencias, las mismas que Miguel Hernández, la de la vida, la del amor, la de la muerte. En estos tiempos de persecuciones políticas, de encerrar a inocentes como inmigrantes en CIEs, de la pobreza que  acecha , de decepciones políticas.He visto  expuesta en San Miguel de los Reyes, una carta escrita por el propio Miguel Hernández, me ha reconciliado. Aunque no resta el olvido que hay a los presos, a los que les robaron la vida, el amor y la muerte en ese lugar.
Al terminar la visita, ya fuera del recinto, aferrado a la vaya de  San Miguel, contemplando entre barrotes su fachada barroca. Le he pedido a mi amigo, dos segundos ante de irnos.
Quiero decir algo.
J.M me ha preguntado
¿ Vas a grabar un vídeo angelillo?
si- he respondido.
Si no te importa, J.M. le das al botón rojo y yo hablo. Vas moviendo la cámara.
II.
Cenizas a las cenizas.
Pasar a ver el monumento visitantes.
Es igual que en las fotografías donde sale.
Dejad que os cuenten los libros de viajes y el guía ,
como fue un día la historia en este lugar.
 Han pasado dentro de el muchas cosas.
Por eso hay que visitarlo.
Las cenizas son cenizas,
y no tienen memoria histórica.
Un día fueron un hombre.
Un universo luchador,
que acabó encajonado entre cuatro paredes,
como la tierra que le acoge echado a un hoyo del campo.
Veía el mundo detrás de una cerradura,
mientras su casa se perdía y quedaba vacía.
convertida en una ruina, mientras el ocupaba este lugar.
Haciéndose polvo un poco más cada día recordando su hogar y su vida perdida.
Las cenizas son cenizas,
y no tienen memoria histórica.
Sus casas no son un museo, ni tiene visitas,
tampoco la mía, que se va hundiendo lentamente.
como Yo.
¿ escucháis el viento como se lleva el polvo,
o quizás a los hombres?
¿ escucháis la gran carcajada de los monumentos?
Angelillo de Uixó.

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viernes, 19 de enero de 2018

Cuba-vacía, sequía. Patrimonio en peligro.

publicado en nuestro blog de agricultura ecológica la siguiente descripción, seguramente la mejor del mundo dedicada al vaciado de una cuba en una cisterna, para adentrarnos mientras nuestras autoridades se encuentran fomentando el turismo en fitur, y vendiendo un paraíso seco, que es le real, no existe esa Vall d´ Uixó maravillo, sino un lugar lleno de ira y violencia, donde el cambio climático que nadie se lo toma en serio es ya tan visible y problemático como el paro, la violencia policial, la corrupción.

Eran las tres y media de la tarde, mi reloj presentía como yo que no llovería en mucho tiempo. Estaba junto la puerta de casa en manga corta  un cálido 18 de enero. Me entretenía contemplando  un cielo azul transparente rayado por  las columnas de humo blanco de los aviones que formaban un tres en raya sobre mi cabeza . Por la radio, encendida en el cuarto, escuchaba a la alcaldesa de Vall d´ UIxó lo bien que iban las cosas en fitur , la feria  de turismo, para el pueblo. Estaba contando como había cerrando una gran oferta turística  que atraería a las grutas y río subterráneo  de San José, en Vall d Uixó, turistas que visitaban el castillo de Sagunto. A la hora en que me dijo que vendría, llegó puntual como prometió la cuba. Subía pesadamente el camión por la cuesta de San Antonio. Parecía una escandalosa tormenta. A cada bache del camino, hecho por los vecinos hacia años, lanzaba agua por los costados. Cuando le di el alto. paró saltando  agua como una ola por encima del depósito y los cristales de la cabina. Golpeó el suelo el agua como hacia meses que no ocurría. El camionero bajó lentamente. Gesticuló algo parecido a un saludo, y me preguntó donde estaba el aljibe. Entramos juntos. Echo un mirada a la casa, y lanzó sin darse cuenta un silbido.
-Esta hecha una mierda jefe- le dije yo como excusa- la crisis me ha afectado de lleno en este asqueroso pueblo. Y la maldita sequía no me ayuda, los pocos ingresos que tenía, venían de hacer alguna chapuza y de unas huerta. Ahora no tengo chapuzas, y en la tierra con está jodida sequía no crece ni las malas hierbas, y este maldito  Ayuntamiento, la tiene liada conmigo. Estamos malditos aquí.
EL camionero indiferente  a lo que decía me acompañó a la cocina donde estaba el aljibe.
Unos treinta o treinta cinco metros de manguera se necesitan- contestó.
Salimos a la calle y empezó a desatar las mangueras que iba tirando en rollos al suelo. Yo le ayude a unir las bocas. Una vez estuvo todo dispuesto me mandó ir al aljibe a sujetar la manguera porque iba a tirar con mucha presión. Escuche como arrancaba un pequeño motor independiente enganchado en la parte trasera del motor y efectivamente, casi no me dio tiempo a coger la manguera que empezó a pegar golpes contra las paredes de cemento del negro aljibe cuyo suelo seco de veía. El agua, estrepitosamente cayó produciendo un gran estruendo, como un golpe salvaje y alegre. Yo, por mi parte parecía luchar contra una anaconda, la manguera se levantaba periódicamente. Así estuve unos 15 minutos donde cayeron unos 10.000 litros de agua. De vez en cuando miraba hacia atrás y veía empapado el pasillo y un gran charco en el comedor. Por los agujeros, producidos por los arrastres de las gomas salían chorros de agua en todas direcciones, hacia arriba, hacia abajo, hacia un lado o hacia otro. Yo me sentía alegre de tener ese agua, como un agricultor sediento. Pensaba preparar los semilleros, para volver a plantar, sobre todo tomates y pimientos, lechugas, sobre todo a partir de marzo, incluso comprar en la cooperativa de Vall d´Uixó, a  la que cada vez me gustaba menos ir, al haberse convertido en una cooperativa para domingueros, cara y con poco genero, y no de mi gusto. Nada como hacerse el semillero uno mismo, con sus semillas. Pero necesitaría algunos kilos de patatas. Las que guardaba para plantar,  por desgracia, ante el hambre, al igual que el trigo y el amaranto, me las tuve que comer.
el motor de repente silenció. La goma pegó unos golpes espasmódicos quedando quieta.
El camionero y yo empezamos a recogerla.
Ya en la puerta, me entrego  la factura.
Son 100 euros.

De un pañuelo saqué el dinero, Apenas me quedaba poco más. Le pagué.
El hombre me miró, se quito el guante, y me dio la mano.
Suerte amigo- me dijo al despedirse.
cuando me soltó la mano, subió como bajo. lentamente. costándole un poco llegar al asiento por estar algo fondón. Arrancó. Sonó pesada y monótonamente  el motor. una pequeña columna de humo negro se formo cuando acelero mientras soltaba el freno de mano. Poco a poco, las ruedas empezaron a girar haciendo sonar todo el metal del vehículo al moverse. Y así , como si se arrastrará se fue alejando por la cuesta de San Antonio hasta desaparecer.
Angelillo de Uixó.




lunes, 8 de enero de 2018

Elegía en las tinieblas de Vall d´Uixó. ( A Ignacio)


dejo esta elegía a un hombre de Vall d´ Uixó, que ha hecho mucho por el patrimonio, ojalá tuviera palabras para poder expresar el dolor que siento, imaginar a este hombre, de otros tiempos, que siempre vivió para su familia, y como ha muerto.  comido por los perros entre las oliveras. En esa patrimonio abandonado, donde al salir al monte te puedes encontrar, no solo con  los robos, sino con una muerte salvaje. Unos perros. 

A Ignacio.
hoy necesito llorar a un compañero, cuando me han puesto delante la fotografía de su hijo hablando de su padre y narrando su muerte. Quiero llorarla, como se llora  la muerte de un hombre robusto y generoso.  Siempre se puso enfrente de todos los pesares y desventuras de esta tierra,  para sacar adelante a su familia. Nos unía el amor a la agricultura. Esa que le sorprendió entre sus oliveras, hasta darle un hachazo mortal . La misma tierra que me espera, y a él,  ya lo devora impaciente,  dejando atrás  un recuerdo de anónima grandeza. No hay mejor legado para un hombre, ni para nuestro pueblo.  A su hijo, Nacho, le debo conocer el paisaje de la sierra . Fue  su hijo, mi jefe de máquinas en una azulejera, el que me inculco el amor al trabajo de los huertos. Mis primeras lecciones que me dio a mí, venido de Valencia, fueron en el jardín de mi casa. Podando el peral , plantando unas coles, y una áloe vera que aún conservo. Vuelve su flor primitiva, ruda y amarilla, todas las  primaveras .  Siempre he hallado en ellos una familia acogedora y generosa, que  me abrieron sus puertas, y  compartieron conmigo lo que tenían. Gente laboriosa, infatigable, resistente en las adversidades, con las que lidian a diario. Representan un oleo de una estirpe infatigable  que   logro un día el pueblo de Vall d´Uixó.
Hoy, nuestro corazón está de luto. Nuestro corazón de obreros debe ser fuerte.-
! hasta para llorar!-  Sin escatimar en las  lágrimas enraizadoras del intimo  el dolor, con el amor a la vida que nos protege.
No nos han destrozado, ni lo conseguirán, pese habernos echado  una jauría.
Ignacio ha muerto de una forma salvaje, brutal, estremecedora, indigna.  Pero volverá a nuestros campos, a nuestro lado, cuando regrese la primavera.

Elegía.
!Hay gente tan fuerte!
capaz de sufrir todos los golpes.
Llegan de alguna recóndita tiniebla de improviso.
Que se nos escapa a comprender.
!Y pobres, pobres... de aquellos generosos de corazón!

Se alzan como una barrera a esa frontera salvaje,
empujados por la compasión y el coraje.
Para que el resto sorteen esas tinieblas.
Puestas de repente ante nosotros...
quien sabe por qué, o por quién.
Y el resto...
el resto, !somos pobres diablos!
Nosotros,
  que aún flotamos enloquecidos en la luz de la vida.
Preguntándonos con la mirada perdida y asustada:
-Dios mío, ¿ como ha pasado esto?


Angelillo de Uixó.